miércoles, 29 de febrero de 2012

Escribir nuevamente


Hace tiempo dejamos de escribir en un papel porque la tecnología los ordenadores, los teléfonos inteligentes hacen todo lo que supuestamente necesitamos.  De hecho nos comunican que es la razón primera de agarrar un prehistórico lápiz y dejar allí en el papel la frase del día inscrita.

Sin embargo estamos entrapados y nos entrampamos nosotros mismos en esta paradoja de lo tecnológico, admito que yo amo lo tecnológico y no podría vivir sin ello, más, en las investigaciones realizadas durante estos años la respuesta a esto es una sola, dejamos de lado la mitad del cerebro y nos entregamos al dominio externo, eso me preocupa

Seguramente habrá neurólogos que saldrán a la palestra a rebatir, mas, hoy creo que después de leerme pueden plegarse y darme la razón.

La razón de la escritura va mas allá de nuestro propio yo interno, esto quiere decir que es un elemento de relaciones públicas y afectivas, es un elemento que trabaja la emocionalidad de cada uno, si bien es cierto lo emocional es propio de cada ser también es cierto que la emoción es mas grande cuando se potencializa con otro, y en este mundo estamos preparados para ser mas de dos.

Al escribir con un útil, llamado lapicero, lápiz, grafito, lo que sea, estamos enfrentados a un mundo que conquistar, que sabemos no hay nada atrás, puesto que la pantalla del ordenador de alguna manera nos supone compañía, que obvio no contesta, yo la domino, y en ocasiones me gratifica corrigiendo lo que digo y muchas estímulos mas, el papel blanco  es mudo ciego sordo y soy yo quien debo darle los estímulos correspondientes, es casi autista, y "mi yo" cuando lo interviene lo convierte en expresivo.

¿A donde quiero ir?, quiero decir simplemente que la escritura en papel hoy supone un esfuerzo, que es recompensado con funciones neuronales que las estamos adormeciendo y dejándolas en el sueño reparador del nunca jamás como los cuento de antaño, y que estas funciones van mas allá  de una respuesta tiene que ver con nuestra relación con las personas, con nuestros afectos con nuestros quereres. No somos capaces de vislumbrar esto porque no tenemos por qué saberlo sin embargo, para mi son evidentes pues es mi tema, es mi investigación y siento la necesidad de demostrarlo y explicarlo.

En la medida que escribo mas, y con letra manuscrita ojalá, tengo mas capacidad de desarrollar las relaciones el pensamiento, el orden interno, mis proyectos entre otras cosas, son las cosas que yo domino no que me están dadas, estoy tomando el control de mi cerebro de mis neuronas que están ahí observando, que  quieren crecer, desarrollarse y no pueden, han sido olvidadas. Con esto, así mismo, me  estoy excluyendo de ser  participe de una posición familiar, de núcleo, no de individuo, solo si comunicación.

Son muchas las razones y poco el espacio para explicarlo, sin embargo el mensaje es, no dejemos de escribir, no nos olvidemos que nuestras manos tienen funciones especiales en el desarrollo  en nuestro cerebro, que formar una letra personalmente no es lo mismo que apretar la tecla que la tiene formada, que esto hace un milisegundo de enfrentar y solucionar un acontecimiento, explicar, comunicar, que hace eco mucho mas allá que esto mismo que repercute en la capacidad de escuchar de ponerse en lugar del otro de comprender de aceptar de muchas cosas que parecen insólitas, de compartir.

El mensaje está dado, volvamos a escribir, poco, mucho, no lo sé, hagamos los diarios de antaño los cuadernos con pensamientos, esos que no se les borra cuando hay virus aquellos que perduran en la vida aquellos que hablarán de nuestro aquí y ahora y serán trascendentes y no terminarán en el cementerio de la basura cuando la máquina se haya muerto, escribamos a la vida, a la felicidad, al perro, al amigo, a la alegría de vivir y descubrir!, y nuestra relaciones mejorarán, nuestra ansiedad se calmará, nuestro sueño se aquietará. Tan simple como eso, rayar y rayar quizá sin nada que decir y mucho que expresar, con la letra propia con nuestros símbolos y códigos, no con la letra de millones que me hacen perderme en la multitud.

M Cecilia Sandoval Precht
Grafoanalista

jueves, 23 de febrero de 2012

Escribir en vacaciones

Las vacaciones son momentos de desconexión de lo rutinario y lo que se hace durante el año, tambien en ocasiones es el momento de leer una buena novela, explorar cosas diferentes o simplemente soñar, pensar, recordar. Asi mismo hay quienes en vacaciones estudian nuevas materias, tendencias, en fin algo de vanguardia.

Lo cierto es, que sea como sea aireamos el cerebro y le damos cabida a un descanso, al menos al pensamiento racional, lógico que nos maneja durante el año lleno de tareas y obligaciones, asi nuestro lado creativo, lo aireamos y le dejamos meter la mano en nuestro dia a dia.

Entre las novedades de sueños y fantasías siempre está el conocerse mas, para que el año que comienza estemos mas centrados en nosotros, o dicho de otra manera es una manera de aspirar a ser mejor y asi lograr metas mas grandes y afrontar de repente nuevos desafíos.

Para todo esto sirve la grafología, tal como muchas veces lo he mencionado, tanto como conocimiento de nuestros hijos, compañeros amigos, y nosotros mismos. Para esto se necesita escribir de repente una líneas al dia, y mirar como escribimos, aunque hoy salta directamente la voz interior que nos dice que ya no escribimos, que es la pc la que se lleva todo el pulsar de los dedos y que escribir es de otro tiempo, sin embargo, hay cosas que al pensar eran de otro tiempo nos evoca sensación de romanticismo de niñez y de adolescencia quizá, la escritura a mano, servirá también como regalo de herencia a nuestros hijos, pues si no escribimos algo para ellos nunca lo tendrán, es asi como se va formando lo ilógico del pensamiento, ideas que brotan como sin sentido a veces pero pueden servir.
 
Recuerdo aun cuando existían los carteros, se esperaba con ansias la carta en el verano de aquel amor dejado en el algún lugar que de solo evocar se siente el olor a dulzura, complicidad y porque no decir, esplendorosas puestas de sol, noches robadas de sueños, por querer descubrir cada minuto algo nuevo, aquel a quien después de dejarlo llegábamos a escribirle unas líneas, una carta, una poesía, hoy será un sms, el Facebook, en fin. Pero no perdamos el tema, podemos volver a escribir, esta vez no habrá cartero ni amor que espere nuestra carta, escribamos para nosotros, aquellas cosas que aparezcan con o sin sentido y podremos ver que aun nuestra letra refleja nuestro corazón y el alma escondida.

¿Cuantas veces dejamos fluir el alma?, ¿cuantas veces tropezamos con un borrón, cuanto papel ocupamos?, ¿son mayúsculas o es imprenta? La sorpresa es grande, después del ordenador, volver a encontrarnos con nuestro ser interior en la inmensidad pasa a ser nuestra voz, que brillará como un sol al final del sendero.

El papel pasa a ser la magia que guardará los pensamientos y además nos hablará de nosotros.  Será la sorpresa.  Sugiero hacer un ejercicio, escribir aquello que mas anhelamos y que mas dicha nos da, luego aquello que mas detestamos y que queremos transmutar, asi le entregamos a la yema de los dedos el placer de sentir, tocando por detrás del papel la huella dejada en las dos ocasiones, aquello que nos gusta seguramente será mas suave y aquello que nos disgusta será con mas profundidad, ésto en grafología es lo que equivale a nuestra energía, nuestra fuerza con que enfrentamos las acciones en el dia, cuanta alma le ponemos, cuanta fuerza le damos.

Es un ejercicio simple con el cual también podemos jugar con los demás, y asi saber como es su fuerza interna en el día a día, parece magia cuando jugamos y somos capaces de descubrirlo, a veces no pensábamos fuese asi, sin embargo es real.

Vamos a jugar, y volvernos niños, sin obligaciones ni presiones, nuestras manos lo agradecerán, nuestro cuerpo también, y veremos en ello una acción cerebral.

Acá tenemos una escritura fuerte con fuerza con energía


Acá tenemos una escritura con menos fuerza o energía vital

M Cecilia Sandoval Precht
Grafoanalista