Hay momentos en la vida donde aparecen circunstancias que exigen que las personas manifiesten una energía arrebatadora, la cual tiene un cierto componente marcial, es decir, dura, recta, clara y desenvuelta.
Son los momentos adecuados para tomar decisiones absolutamente conscientes alejados de toda pasión, rencor, agresión o diversión. Períodos que poseen un riesgo en si que hay que asumir, sabiendo de alguna manera a qué nos estamos exponiendo. Asi mismo en cierta forma podemos intuir que las posibilidades de acierto son altas, y realmente creemos en nuestro interior que el resultado será incuestionable. Para llevar a cabo hazañas como éstas es necesario contar con fuerzas personales desconocidas casi por uno mismo, que deberán aflorar en forma única y distinta quizá según las circunstancias, el momento o la persona que esté delante nuestro.
Esta nueva experiencia que aparece en la vida sin avisar ni tocar la puerta, es un proyecto mas a llevar a cabo, donde seguramente para enfrentarlo no solo dependerá de nuestras fuerzas, sino que pondrá a prueba lo mas grande y especial de todas nuestras capacidades, seguridad personal y entusiasmo.
Las fuerzas hay que medirlas de forma realista, donde la motivación el ímpetu y el valor tienen que ser debidamente dosificados, pues de otra forma podría suceder que no logremos sentirnos cautivadas y seducidas de manera estable y real, que al poco de comenzar pueda aburrirnos o cansarnos simplemente.
La conciencia juega un papel decidor en estas acciones, siempre y cuando a través del tiempo hayamos sabido darle cabida y escucharla, la sabiduría que maneja la razón es muy activa y en ella vemos existe una clara noción de lo correcto y de lo incorrecto, de lo que hay qué hacer y de lo que no hay qué hacer, así como de cuáles son sus apoyos y cuáles son sus opositores. Podríamos decir aquí que descubrimos "la inteligencia de la competencia" ( apoyada por la conciencia) que hay en nuestro yo, según la cual podemos demostrar libremente aquello que se guardaba como secreto, ambiciones personales íntimas, incluso de sueños casi idílicos, en el buen sentido de la palabra , como el afán sentirse líder y con la capacidad de conseguir una gran victoria en determinados asuntos
Lo importante es definir muy bien antes de comenzar la acción lo siguiente: la meta a alcanzar, el esfuerzo y la inversión de energía a desplegar. Teniendo en cuenta que, una vez comenzada la batalla, en la operación se podrán efectuar pequeñas modificaciones en la marcha sin que cambie la dirección del objetivo.
Es decir, una vez marcada la trayectoria de movimiento, debido al ímpetu y a la fuerza, solamente sabremos si acertamos o nos equivocamos cuando en el exterior, o en aquellos que observan este proceder escuchemos las felicitaciones o por el contrario, cuando se sienta el golpe.
La gran protección es que el valor y la determinación que se usa al subir un peldaño, y en alcanzar una mayor cuota de poder, se encuentran iluminados por una promesa interna de defender a toda costa nuestros ideales. A esto se le puede llamar sacrificio, que según la etimología u origen de la palabra proviene de sacro-factum, es decir, acto sagrado.
Cuando se asumen proyectos especiales, unidos al desafío de ser punta de lanza o quilla de barco para abrir caminos inexplorados, nos encontramos con elementos de la personalidad que deben estar presentes para apoyar la acción. Asi por ejemplo la capacidad de mirar la globalidad y usar a todo nuestro entorno de forma positiva, participativa y creativa , como una manera de buscar una mayor cuota de libertad, no sólo para uno misma sino también para los demás.
Existen batallas físicas, guerras afectivas y confrontaciones intelectuales, sin embargo en este caso estamos hablando de la "batalla espiritual", en la cual hay que desenvolverse con energía y sin contemplaciones, pero a la vez respetando la esencia particular de los adversarios, con lo cual nunca se podrá caer en la pelea baja, sucia, o callejera .
Existe en el interior de las personas una "selección natural" espiritual, la cual está regida también por el principio, de quienes son los más fuertes y los más adaptados al medio son los que prosperan y se multiplican, sin embargo esto no hay que entenderlo desde el punto de vista de la fuerza bruta o los simples reflejos, sino en cuanto a la voluntad, la inteligencia activa la capacidad de armarse de paciencia, de respeto, y otra serie de atributos que forjan a la verdadera guerrera espiritual.
Si profundizamos, nos encontraremos donde las manifestaciones propias de este aspecto nos llevan a pensar que de alguna manera estos acontecimientos fueron ya experimentados en otros tiempos por nosotros, inclusive en ciclos existenciales anteriores. Así, seguramente en la niñez o en la adolescencia hubo determinados momentos marcados por un gran sacrificio, valor, entrega y valentía en defensa quizá de algún ideal .
El sentido de la disciplina, la estrategia y la jerarquía con los superiores, así como la capacidad para dirigir con fuerza a personas se fueron marcando poco a poco en el desarrollo de la personalidad, unos adquiridos y otros quizá arraigados como regalo de la herencia.
Las fortalezas necesarias se activan y recuerdan en cada célula de nuestro ser, estas cualidades son las que se utilizarán para tomar las decisiones que se necesitan para tener éxito y lograr los objetivos durante el tiempo que dura este proceso.
Esto es también en buena medida gracias al instinto, no solamente de lucha por la supervivencia sino, también, a aptitudes adaptables en ocasiones "todo terreno", a una gran autoconfianza y al valor interno que se va a manifestar dentro de sí misma.
La grafología puede darnos muestras claras si muchas de estas condiciones se cumplen en las personas, si alguna vez quisiéramos saber por ejemplo, que necesitará una persona para un puesto de trabajo donde constantemente se esté enfrentando desafíos nuevos. Y así por un lado cumple con el perfil deseado como también es entregarle al otro el desarrollo máximo de sus capacidades. Asunto primordial en los puestos de trabajo para lograr optimizar no solo el máximo de rendimiento sino también lograr las aspiraciones de desarrollo personal y profesional de quien la llevara a cabo.
En asuntos de orden personal y diario, el conocer cuales serán algunos de estos indicadores nos permite saber en temas de orientación si las personas a quienes se les da apoyo muestran estas condiciones, o es exactamente la falta de algunas de ellas, lo que hace que no puedan llevar a buen término sus negociaciones o simplemente sus objetivos.
Ejemplos
La disciplina interna, se ve en un margen izquierdo alejado del borde de la hoja, muy recto, da indicadores de una educación disciplinada, exigente, con a veces “un deber ser” o a veces asumida como disciplina para si mismo.
La fluidez, letras redondas y angulosas, buena presión entre otros.
M Cecilia Sandoval Precht
Grafoanalista
No hay comentarios:
Publicar un comentario