Las personas estamos hechas de un cuerpo físico y de otros que a veces no creemos, no se trata de entrar en teorías esotéricas y que muchos no creen , sino en realidades simples existentes que a veces cuesta detenerse a mirar simplemente, y cuando ellas aparecen nos dan luz a nuestro crecimiento sin pensarlo. Generalmente se nos pide que tengamos fuerza, energía y capacidad de lucha, algunos le llaman agresividad, en fin poco importa la denominación, sin embargo encuadrar esas palabras en cada uno es casi inexplicable pues a la luz del mundo de hoy que todo se grafica, da la impresión de ser cosas muy densas muy pesadas.
Sin embargo existe en cada persona un espacio divinamente propio que es manejado a nuestra manera y que se parece a ese cajón escondido que uno tiene donde guarda solo aquello que nos interesa, y es el más lindo rincón de nuestra casa.
La fuerza, la energía el empuje, la lucha son nuestra propia sensación, es la forma que tenemos de sentir, de pensar de actuar, que está hecha con ingredientes especiales, la historia que traemos, el entorno que los moldea, nuestra propia obra en nosotros mismos, nuestra alma perfecta y en la perfecta medida Que por medio de la palabra transmiten lo que somos, y por presencia lo irradiamos.
Somos por lo tanto un cuerpo físico con un cuerpo de pensamientos, con otro cuerpo que está lleno de propósitos de intenciones, de ambiciones, de juicios ect.con una esencia común, el amor .Todos estos ingredientes en ocasiones funcionan separados y la base el cuerpo está allí. De esta manera vamos formando como un alfarero nuestro ser, primero en la tierra pura llena de todo lo que la naturaleza le regaló, luego al mezclarse con el agua y ser tomadas en dos manos para unirla y amasarla y amasarla tantas veces sea necesario y con calma hasta lograr hacer de ella una masa homogénea, suave, tersa delicada que no escurra y pueda ser la pieza más bella.
Somos identificables no por nuestros cuerpos físicos porque estos hoy ya muchas veces no son de las personas, son del cirujano de la propaganda de la moda, de la amiga, que se yo. Sin embargo por la palabra, por aquello que comunicamos si cada uno es especial.
La palabra nos hizo diferentes, nos dio la individualidad. Antes de ella existían los sonidos, que en conjunto con la naturaleza entera se contaban las necesidades propias de cada uno, los animales para cubrir sus necesidades y defenderse entre las especies, el viento que susurraba entre ellos diferentes tonos que unificaban esta orquesta llamada naturaleza, los ríos, y el silencio que aparecían cuando la tierra hablaba desde lo más profundo, dirigidos por el sol como amo y cálido señor que junto a su novia la luna mantenía esta perfecta sinfonía. Un día algo cambió radicalmente, los hombres tuvieron más necesidad de ellos pues eran más débiles que los animales, y así se defendían, posteriormente la palabra volcada en escritura. Es aquí el punto de partida del autoconocimiento individual y es aquí donde comenzamos a sentirnos únicos e irrepetibles.
Las vibraciones que cada uno le da a las palabras, las cadencias, el tono, la rapidez, el comienzo y el fin hacen que aquello que se quiere comunicar sea recibido de una forma diferente .Es esta la gráfica de nuestra fuerza o empuje, si bien es cierto que la suave voz de un susurro al oído puede cambiarse rápidamente por un estrepitoso estruendo en un ataque de ira, y se cae en el acto la máscara de suavidad y dulzura que existía momentos antes.
Quiero decir que cuando hablamos no solo expresamos algo sino además va con todo nuestro ser interno implícito en ella. Así mismo también visto en otra forma, el administrar diferentes modalidades comunes de entonación, nos hace ser parte de un grupo en común que serían las diferencias entre culturas., al menos una de ellas, así nosotros hablamos diferentes a los colombianos y a su vez diferentes de los españoles y así sucesivamente. Así también el lenguaje nos da la posibilidad de trascender en la historia. Es la misma tierra moldeada por el alfarero que toma sus matices diferentes en cada lugar.
El lenguaje escrito , nos abrió la posibilidad de mostrarnos ese otro yo que tenemos, un cuerpo interno donde encontramos los pensamientos , los sueños , las abstracciones, cada una de estas características en forma muy particular para cada uno de nosotros. Gracias a esto también tenemos la oportunidad de hablar con nosotros mismos y querernos, a veces sucede que no somos muy justos ni cariñosos en los juicios que tenemos, otras que preferimos ni siquiera dirigirnos la palabra , sin embargo todo esto es inevitable.
La maravilla de la escritura aparte de todo lo antes dicho, es que permitió que pudiéramos vivir tiempos diferentes, saber de un antes, un hoy y un mañana, antes de esto solo se vivía el hoy. También permite decir lindas cosas, relatar imágenes, escribir las canciones que de repente encontró nuestra inspiración, dejar huellas de sucesos, investigar al fin y al cabo desarrollarnos, y vincularnos .En este orden la palabra escrita nos da el sentido de continuidad que necesitamos para vivir.
En grafología si bien no se estudia el sentido de las palabras, sino los trazos de las letras o grafemas que la forman, la palabra en si tiene un sentido particular, pues en ella encontramos determinada una acción completa, así mismo podemos observar en ella como es la forma de pensar de quien la escribió, dejando en claro que no solo por una palabra sabremos estas cosas, sino en la suma de palabras de un texto, aprovecho la aclaración. Así mismo podemos determinar cuál es la tendencia existente en las relaciones personales, cuanto necesitamos a alguien a nuestro lado y cuanto espacio le damos o cuanto la aprisionamos, cuanta es nuestra necesidad de ser siempre reconocido como una persona buena, o también la necesidad de sentirnos tranquilos con lo que somos.
Como conclusión final yo diría que podemos saber exactamente cuál es nuestra fuerza verdadera que hace de motor en nuestra vida escribiendo lindas palabras de amor, no solo para quien queremos sino para aquellos que de un momento a otro rompieron nuestro silencio
M Cecilia Sandoval Precht
Grafoanalista