El
estado de ánimo es una emocionalidad que no remite necesariamente a causas
específicas y que normalmente, no
podemos relacionar con acontecimientos determinados. Los estados de ánimo viven
en el trasfondo desde el cual actuamos. El que comúnmente no elegimos ni controlamos. Una
vez en él, nos comportamos dentro de unos parámetros específicos. Por eso
decimos que los estados de ánimo y las emociones condicionan nuestro actuar.
Existe
una distinción, entre emoción y Estado de Animo...
Consideramos la Emoción como un estado
puntual, reactivo causado por un acontecimiento que normalmente precede
inmediatamente en el tiempo. Cada vez que experimentamos una interrupción o
cambio en el fluir de la vida, se
producen emociones. En las diferentes épocas del año, los días de la semana,
diversos momentos de nuestras vidas, la situación atmosférica... Todas estas
circunstancias y muchas otras, tienen la capacidad de matizar nuestro estado de
ánimo personal y condicionarlo. Factores como el tiempo, la edad, el lugar en
el que nos encontramos, el momento del día... intervienen y modifican nuestro
estado de ánimo, éstos actúan en
una línea de tiempo, puesto que la vida es movimiento, y son actitudes
de coraje ante el vivir presente y en la construcción del futuro, con la fuerza
implícita en esta acción, traen consigo sus propios resultados, tienen además
la connotación que siempre hay tareas que realizar, con nosotros
mismos, con los demás, estas tareas serán realizadas desde nuestro interno con
todas las variables propias y externas, aplicando la intención, creatividad, espiritualidad y la razón.
Por lo
tanto cuando comenzamos a escribir en un renglón o línea, dejaremos implícito el
como nos está afectando la vida, como respondemos según nuestros temperamentos,
según nuestra emociones en un lapso de tiempo medible y que puede ser afectado
y cambiar, mostraremos también como hacemos uso de las energías y el
mantenimiento de la voluntad para
enfrentar el mundo, a los demás y a nosotros mismos.
Lo veremos
en la horizontalidad, ascenso o descenso de las líneas o renglones de nuestro
escrito.
La posibilidad de escribir hacia arriba, nos da la sensación
de hacer uso de nuestro propio cielo y alas
para intervenir en el con toda nuestra energía, que significa esto?
Simplemente que, cuando se escribe ascendiendo estamos
manifestando que mas allá de mantener un estado de confianza, de optimismo,
estamos avanzando hacia metas altas, innovadoras, que vamos en busca de un
objetivo, que quizá cambie en el tiempo, y que eso no va a afectar nuestra
manera de reaccionar ni de ser, significa además, que seremos portadores de
una energía cargada de buenas vibraciones y arrastraremos con nosotros a otros
a seguirnos con fe.
Diremos asi mismo que quien escribe hacia el cielo es una
persona de acción, en todo orden de cosas, lógicamente hay que ver todos los
signos que tiene la escritura, sin embargo en este ítem si podemos inferir que
al menos está implícito.
En la escritura que va
hacia arriba la personalidad concibe la
tendencia a hacer predominar la adecuada y personal situación, dejando atrás a quien se le opone. Es una manera de osadía, de dinamismo,
y en cierta forma de acometividad que quiere implantar lo novedoso, personas las cuales tienen carisma de
reformadores, con capacidad de resistencia sobrepasando cualquier
sensibilidad y con exigencias consigo mismo y también con los demás.
M Cecilia Sandoval Precht
Grafoanalista