lunes, 14 de febrero de 2011

Generosidad en los afectos

He decidido escribirte esto porque sé que te quiero, porque cada vez que te acercas me susurra un ángel una melodía del cielo, he pensado que te quiero porque cada vez que te mimo, se me erizan los pelos, se vuelca mi corazón y me convierto en guerrera ,te quiero más que a cualquier cosa, adoro lo tuyo, adoro tu ser, la esperanza de tu existencia junto a la mía me da fuerza y coraje, eres la inmortal prenda que siempre estará allí para abrigarme cuando esté enferma o te necesite,  sin embargo no puedo tenerte y  me está prohibido quererte, debo dejar pasar esta vida para amarte como quiero ,  sufro la distancia y el alto de las montañas crece más cada vez que las miro, sufro de no tenerte, aprisionada en un rincón del alma mirando la eternidad y queriendo calma.

El texto de arriba habla  de amor de entrega, de nostalgia de pureza, casi de ensoñación tal vez, sin embargo es tan real en el corazón de una persona que ama profundamente, relata una manera de expresar el cariño y una forma de  pronunciar  lo que dice su alma de aquello que  siente  al cual muchas veces no se quiere escuchar, pareciera que el mundo de hoy necesita de sensaciones táctiles, visuales y auditivas para hacerse sentir real. Sin embargo los sentimientos como explicábamos en otro artículo provienen de un cuerpo muy personal de cada uno y se expresan de manera especial.
 
La expresión de lo que se siente tiene en común con todas las personas que mueve en cada uno de nosotros “algo” en este cuerpo especial. Pasa así mismo que uno se siente reflejado en aquello que se lee asintiendo con la cabeza como si alguna vez hubiésemos querido expresar lo mismo y no encontramos las palabras apropiadas.
 
En la escritura podemos distinguir los tipos de afectividad de las personas, su entrega, su pasión, su expansión amorosa, la capacidad de escuchar a los demás y el tiempo que también podemos entregarle a los otros,  a quien se ama  y a todos, así también la espontaneidad de la entrega, ya que muchas veces pasa que pareciera que un freno se interpone ante las personas y aquello que viene gritando en su corazón se calla en el momento de salir.
 
Existe en la expresión afectiva una serie de factores que influyen en las personas, pero quiero referirme a este en particular, estos afectos espontáneos, llenos de alegría tristeza y melancolía juntos que son una manera de vivir, donde no hay límite de expresar lo que se siente, de decir aquello que el alma conversa en las noches, a veces casi infantil a veces casi inexplicable, es una forma de ser, es una manera de ver la vida, es una manera de brindarse a los demás y a quien se quiere.

En grafología no debemos olvidar que hacia la derecha de la letra esta el “tu”, el otro, el mundo exterior, aquel con quien me encontraré, pues siempre habrá alguien.  Quien se abre a la entrega del otro, le tiende la mano en forma figurada, quien deja espacio entre una letra y otra,  es expansiva y ancha  entre otras cosas, nos dirá en alguna forma esta manera de ser, la letra será curva y rápida seguramente, donde prevalece la zona media, o sea donde al golpe de vista pareciera que todo está escrito del mismo tamaño, (no hablo acá de letras script). Escrituras medias danzarinas llenas de movimientos en si, espacios en blancos de vez en cuando, asegurándonos la escucha del corazón y la capacidad de cambiar de dirección. Hojas que se llenan de arriba abajo y fluyen como ríos seguros en su camino al mar. Óvalos con ojales claritos, a veces abiertos arriba y en distintas direcciones, goce y placer en escribir, goce y placer en hablar, goce y placer en jugar, goce y placer en llorar, goce y placer en vivir.



M. Cecilia Sandoval P
Grafoanalista